¿Por qué escribir «Si los bebés hablaran»?
Con frecuencia me preguntan qué me llevó a escribir este libro…
Y es que llevo muchos años investigando y publicando en el ámbito científico sobre las relaciones tempranas, que son tan relevantes para la crianza, y un desarrollo socio-emocional saludable de los bebés. Y también he estado en contacto directo con los bebés y sus familias.
Creo que para mí ha sido casi una consecuencia natural trasladar lo que la ciencia nos dice sobre la vida emocional del bebé a un libro para los padres y todos los interesados en esta área.
Lo he escrito poniendo ‘voz’ a los bebés ‘conversando’ entre ellos. Es una forma amena y tierna para conseguir el objetivo: un libro que invita a pensar con una sonrisa en los labios.
Es cierto que me ha impulsado también el contemplar la proliferación de información y opiniones sobre la crianza que estamos viviendo hoy y que puede llevar a confundir a las madres y padres que, en su natural inseguridad, intentan aprender para hacer lo mejor.
Tenemos el deber de transmitir información contrastada sobre los hechos científicos y compartir cómo emerge la mente de un bebé y cómo se desarrolla emocionalmente porque estos son los pilares de su ‘aprender a aprender’.
La buena noticia es el papel tan principal que tenemos los adultos que los criamos, en favorecer el desarrollo de esos fundamentos emocionales. Porque el libro aborda la comunicación con los bebés desde las emociones, que es el lenguaje universal primigenio que nos conecta a todos.
Además, convertirse en madres y padres ofrece una oportunidad para el propio desarrollo personal. Se trata de una situación vital que nos lleva a replantearnos cosas.
Atender al desarrollo emocional de nuestros hijos supone también revisitar el nuestro y podemos salir fortalecidos de esta experiencia.
Las situaciones que presento en el libro, dan una panorámica de la vida cotidiana y sus vicisitudes.
